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Tuesday, June 10, 2008

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Lo hicieron. A pesar de que parecía difícil que le llegaran al precio a algunas de las protagonistas, lo lograron: filmaron la película. Evidentemente todos los fanáticos de la serie fuimos a verla en cuanto nos fue posible. Y Sex and the City, the movie, no nos decepcionó. Es, como lo dice al principio, una historia de amor con muchas marcas alrededor, y como fiel seguidora que vio mínimo diez veces cada uno de los capítulos de las seis temporadas, puedo decir que es exactamente lo que me esperaba. Un impresionante azote amoroso acompañado de gran despliegue visual de ropa, lugares, objetos y de un divertidísimo soundtrack. Y ahora, si no la han visto y no quieren enterarse del final, dejen de leer, porque revelaré importantes datos sobre la película...



La trama me la podía imaginar. Un capítulo más en donde Carrie duda y duda de Big, le da la oportunidad de hacerla pedazos y después de sufrir como las grandes heroínas de las historias de amor, lo perdona. No por nada el slogan de la cinta es "Get carried away". Carrie lo hizo otra vez y sus amigas estuvieron ahí para apoyarla, que es la parte bonita de todo.



Y yo, ilusa, a pesar de que sabía como terminaría, poco antes de que la película llegará a su fin creí que, aunque ella le había dado a Big la oportunidad de pisotearla por quincuagésima ocasión y de humillarla públicamente enfrente de todo NY (de la peor manera que existe para una cursi como ésta, dejándola en el altar), Carrie iba a tener dignidad por primera vez en su vida y que lo iba a mandar al demonio por fin. Pero no. Fue y se casó con él, cuando él quiso, como él quiso, y con una ridícula y chafísima referencia a la Cenicienta (con un Manolo Blahnik). El tipo no hizo mayor esfuerzo, mandó unos cuantos mails transcribiendo cartas de amor de hombres ilustres, le agregó un muy poco original "I will always love you" de su autoría, y ya. Su salida fácil fue un falsísimo romanticismo, sabiendo que con eso, eventualmente la otra tonta iba a perdonarlo. Le dice "Nos íbamos a casar por todas las razones incorrectas, estábamos tomando el matrimonio como un negocio"... ¿Pues que no de eso se trataba? De darle a ella una seguridad financiera, de no dejarla desprotegida, de que tomara una decisión inteligente, con la cabeza y no con el "corazón"? Mínimo le hubiera dado un anillo de compromiso que, en caso de romperse el matrimonio, le hubiera dado a ella para pagar una hipoteca, como fue el caso del anillo que Trey le dio a Charlotte. Pero está bien, ni modo, la gente quería el final feliz. Precisamente la historia de la Cenicienta que es la pobretona que se casa con el príncipe, y que queda a merced de él. Pero bien contenta, porque el incasable la desposó. A mí me hubiera gustado que la "heroína" se volviera en verdad una mujer inteligente, independiente y segura de sí misma, es decir, un modelo a seguir para todas las mujeres. Y para eso no hubiera necesitado casarse, ni que alguien más le diera una protección monetaria. Pero por supuesto que eso no hubiera vendido. La gente hubiera salido enojada de las salas de cine. Sólo espero que en todas las cabecitas románticas en las que el amor es igual a sufrimiento e incertidumbre, aderezado con destellos de "respuestas increíblemente románticas" de parte del ser amado, sepan que ese no es un "y vivieron felices para siempre", sino una confirmación de que, en aras de no estar sola, una mujer es capaz de aguantar muchas y muy graves faltas de respeto. Lo único que le puedo reconocer a Big es que tiene razón cuando dice que esa boda es un espectáculo del que no quiere ser parte. Es cierto. Carrie estaba montando su circo y una unión no debe tratarse de eso. En ese sentido, lo que le pasó fue un poco su culpa. Quiso demostrarle al mundo que lo había logrado, deslumbrar a todos con una graaan boda, y el efecto se le revertió. Pobrecita. (Ja). Aunque debo subrrayar que eso no le quita lo cobarde y patán al otro.


Las demás chicas también tienen historias paralelas a la principal y la verdad es que creo que la más real, la mejor resuelta, es la de Miranda. No es porque me identifique con ella, que lo hago. Es porque es la parte de la trama que resulta realmente sorpresiva y cuyo final es congruente y conmovedor. Por cierto, me pareció bastante chafa que le echen la culpa a un comentario de Miranda de que Big decida no casarse. Con o sin comentario, el tipo iba a salir huyendo, como de costumbre...
Por su parte, la vida de Charlotte es rosa y sus preocupaciones son superficiales. Si bien su personaje aporta en toque tierno y necesario para que esto no sea demasiado cínico y para no dejar sola a Carrie en su "romanticismo", no sorprende en absoluto lo que le pasa a lo largo de la película. Por su parte, Samantha reivindica a su personaje como a la mujer inteligente que es, y lo hace muy bien. Ese lado de la historia también me gustó.

Las líneas anteriores seguramente serán malinterpretadas, y nada más quiero reiterar que me fascinaron tanto la serie como la película. Me encanta el punto de vista femenino desde donde se gestó el programa de televisión y aprecio altamente la moda, el diseño y sobretodo el significado de la amistad, temas fundamentales de Sex and the City. Mi punto es solamente que me gustaría que el prototipo de amor sufrido no siguiera siendo idealizado, disfrazado y etiquetado como el amor verdadero, como se hace en los cuentos. Quizás algún día. Por lo pronto, esta es la mejor forma de contar una historia de amor... y de marcas.