Listen to your gut

¿A quién le gusta decidir?
A mí no.
Porque no es agradable que te invada el sentimiento de que, al elegir algo, estás renunciando a algo más.
Será que quiero todo, que soy una caprichosa, mugre vieja consentida...
Mi madre decía: "Las cosas que valen la pena cuestan trabajo, si no, cualquiera las tendría".
Y está bueno hacer uno o muchos esfuerzos por llegar a algo que queremos, pero es que a veces se siente como subirse a la montaña rusa. Puede ser algo intenso que te hará sufrir un poco pero que al final lo vas a disfrutar. Y eso es parte del rush que culmina en felicidad. Ahora que si la angustia es tan grande que la idea de desertar suena más tentadora, definitivamente no es muy inteligente seguir. No vaya a ser que el carrito en el que vas salga volando.
A veces se confunde el miedo con la angustia que provoca el rush. Y ahí es en donde nos podemos equivocar.
Todo es cuestión de siempre hacer la fila para subir a cada montaña rusa y ya cuando te toque el turno de subir, hacerle caso a tu tripa. Esa nunca se equivoca.