Curb your enthusiasm - Optimistas, absténganse

"Hold your horses!", solía exclamar una maestra de gramática inglesa que tuve en secundaria. Esa hermosa y antigua locución no hacía más que provocar unas cuantas carcajadas (sólo las de aquellos que la entendían), pero hoy viene a cuento pues tiene mucho que ver con el sentido del título de esta serie, la cual pareciera querer reprimir a todos los optimistas del mundo. Y no se puede culpar a nadie que pretenda hacer eso; de hecho en ese afán se encuentra mucha razón. Se trata de Curb your enthusiasm, serie cuyo protagonista y productor ejecutivo es uno de los creadores de Seinfeld, por lo cual es difícil no querer hacer una comparación, aunque no sé si eso sea preciso. Esta nueva telecomedia tiene el toque irónico y la misma estructura de tramas llenas de extrañas coincidencias que su antecesora. En cada capítulo Larry, igual que Jerry, se encuentra con la gente más obtusa del mundo y eso, en combinación con la egoísta naturaleza del hombre, es una bomba. La diferencia con la exitosísima serie de los 90 es el formato: mientras que Seinfeld era un sitcom (bueno no, no uno, sino EL sitcom, que creó todo un género), la propuesta de Curb es más bien la simulación de un documental, muy crudo y directo, pero cuyo impacto no merma en lo más mínimo. Al contrario. La intención es más adecuada a su época. No se puede hablar de grandes actuaciones, porque no las hay. Es la participación natural de muchos de las personalidades que interpretan un papel de ellos mismos lo que le da ese toque inigualable y que nos hace sentir que lo que presentan realmente pasó. En resumen: un must absoluto para los fanáticos de cualquier demostración de sarcasmo. Arriba la socarronería.